Impresiones

"Y en tu cuerpo/todos los errores".

8.01.2005

 

Aperrémonos

El hablar chileno no es especialmente agradable para quienes no disfrutamos de la música lingüística y del estiramiento de las vocales. Creo que Argentina ya tiene demasiado con los cordobeses. Pero en cuanto a los significados de las palabras, a veces estas diferenciaciones regionales son bastante fecundas.
Hace poco me encontré con un vocablo interesante. Defender, cobijar, dar abrigo a amigos y débiles: esa es la traducción aproximada de la palabra chilena "aperrarse", mi último hallazgo idiomático por estas tierras.
Una mujer es "aperrada" cuando cuida a sus hijos. Y la expresión sorprende no sólo por sus componentes gráficos (cachorros y tetas acuden para ilustrar el significado), sino porque invierte el valor que el resto de los hispanoparlantes otorgamos a la palabra "perro". Ser tratado "como un perro" significa (desde México hasta España) lo contrario a abrigar y dar cobijo, siempre en los términos aproximados que nos permite la definición de un vocabulario popular. Y aperrado también quiere decir valiente, arriesgado: otra connotación positiva que descansa entre los chilenos.
Esto no quiere decir, claro, que aquí traten mejor a los perros, o que el lenguaje chileno sea más ecológico (de hecho, si consideramos al ruido como una forma de contaminación, buena parte de los vocablos que usan los chilenos podrían entrar en la lista negra de Greenpeace). Pero sí demuestra que más allá de la música, la adaptación de las voces siempre guarda sorpresas agradables.
Como sucede con la insólita jota que los uruguayos colocan al principio cuando pronuncian la palabra "hedor", que casi la convierte en una nueva palabra, la desnaturalización de los vocablos puede llegar incluso a invertir significados, como lo muestran los aperrados chilenos.
Y este tipo de cosas conmueven más cuando uno piensa en esta sociedad, en la que la represión quedó instalada como una espina en el espíritu de cada uno de los chilenos.
La ventaja de Chile está en su frondoso futuro: tienen mucha libertad todavía por conquistar. Uno de esos frentes de batalla es justamente el del lenguaje: he recibido miradas sorprendidas luego de haber pronunciado, casi involuntariamente, alguna grosería. Uno a veces tiene la sensación de que no conocen el placer ni el desahogo de mentar madres como hacemos en el resto de las grandes ciudades latinoamericanas. Cualquier adolescente argentino haría poner colorado a un hampón de los barrios bajos de Santiago, si los enfrentamos en el arte de putear.
Pero de todas maneras, "aperrarse" es un buen comienzo, algo naïf, lo reconozco, pero absolutamente conmovedor. Contra el sueño autoritario del idioma único, los vocablos populares. Contra el hablar uniforme, la subversión de la pronunciación. Ya lo dijeron unos cuantos franceses: todos los días, en cada boca y en cada lengua, se libra una batalla política invisible, que –paradójicamente– nunca es silenciosa.



<< Home

Archives

junio 2005   julio 2005   agosto 2005   septiembre 2005   octubre 2005   noviembre 2005   enero 2006   abril 2006  

This page is powered by Blogger. Isn't yours?